Me enteré, miré a mi vieja, le pregunté si era cierto, me dijo que si, no sabía si llorar o reir, se había muerto de viejo, alguién que debería haber muerto igual como lo hicieron miles de personas, asesinadas a sangre fría, acribilladas, lanzadas al mar, quemadas, torturadas y un montón de otras cosas. Siento tanto su muerte, ¿por que se fue así como así? Sin pagar nada, con millones de dolares en cuentas de Suiza, sin haber recibido ni siquiera un escupitajo antes de irse de este mundo.
Fuiste tan afortunado Augusto, que te sigo deseando lo peor y odiando sea donde sea que estés, fuiste lo peor que le pudo pasar a mi país, lo peor y lo que más siento es que nadie te olvidará, por suerte te recordarán como el máximo Dictador asesino que tuvo la historia de Chile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario